miércoles, 13 de febrero de 2013

Música arábigo-andalusí. El lebrijano.

El lebrijano y Paco Cepero con la orquesta andalusí de Tánger.

Juan Peña Fernández, el Lebrijano, nació en Lebrija en 1941. Cantaor, miembro de la familia gitana y cantaora de Perrate de Utrera, a la que pertenecía su madre, María la Perrata. Juan Peña El Lebrijano comenzó muy joven compaginando el cante con el toque de la guitarra, pero a raíz de su triunfo en el concurso de Mairena del Alcor (1964), como cantaor, decidió dedicarse en exclusividad al cante. Uno de los primeros trabajos importantes como tal fue con Antonio Gades, en cuya compañía estuvo varios años cantando como acompañante al baile.


Pronto tuvo la oportunidad de grabar, y sus primeros discos fueron por añadidura de una gran calidad. Además, comienza a despuntar por su afán innovador, como en "La palabra de Dios a un gitano", donde llevó por vez primera el mundo sinfónico al flamenco. Destaca de esas primeras grabaciones el disco "Persecución", una obra rompedora con letras del poeta Félix Grande, que narra la historia de los gitanos en España.
A lo largo de su carrera ha sido acompañado, entre otros, por Niño Ricardo, Manolo Sanlúcar, Juan Habichuela, etc. o Pedro Maria Peña y David Peña "Dorantes", de su propia familia.

Juan Peña en el Campus de Jerez.

Su inquietud artística le llevó a buscar la introducción de alguna innovaciones, en un arte habitualmente encorsetado por la tradición inamovible que defienden los puristas. Así, en el disco "Encuentros" se unió con la Orquesta Andalusí de Tánger, redescubriendo las raices árabes del flamenco, y ahondando en esta via posteriormente con discos como "Casablanca" o "Puertas Abiertas" en donde colabora con el violinista musulmán Faiçal.
Cabecera de cartel de los más importantes festivales, refleja su presencia activa e inexcusable en los nuevos rumbos que el flamenco tomó a partir del decenio de los setenta, ya sea con la recreación de estilos perdidos en el tiempo, ya con significativas aproximaciones a otros lenguajes.
Así fue el primer cantaor que lleva el flamenco al Teatro Real de Madrid (1979), y con dimensión didáctica por todas las Universidades de Andalucía (1993-1994), a más de crear espectáculos como Persecución (1976), Reencuentro (1983) o ¡Tierra! (1992).
En 1997 el Ministerio de Cultura le otorga la Medalla de Oro al Trabajo, una más de los múltiples premios y distinciones con que ha sido galardonado a lo largo de su vida. Así como otros galardones[1]
Ha sufrido varias intervenciones quirúrjicas[2] que le obligaron a retirarse varias veces pero de las que ha salido con buena salud.
Su última obra es "Cuando Lebrijano canta se moja el agua" (editado por Rosevil Productions), frase que le dedicó Gabriel García Márquez y que sirve de tributo al premio Nobel de literatura, ya que son textos del autor colombiano los que sirven de letras a los variados cantes que conforman este trabajo.[

Información extraída de la wikipedia.

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